miércoles, 30 de julio de 2008

LA TELEVISION

Dejé de ver la tele cuando me dí cuenta que criticar estaba de moda, dedicada a llevar la vida de todo lo ajeno. Les critican por cambiar y vuelven a criticarles porque no cambian, por anunciar el cambio y por no anunciarlo. Que si salen, que si entran, que si tienen novio, que si han roto, que si se divorcian, que si no encuentran su media naranja, que si anuncian su compromiso, por anunciarlo, por esperar y por no esperar; hagan lo que hagan se les critica. En estos menesteres el "Tomate" se lleva la palma.
Dejé a "House" cuando un tipo estaba a punto de perforarle el cráneo a una chica al estilo "bricomanía". Dejé a "CSI", cuando todos los asesinatos se resolvían con una facilidad, que ni el detective Sherlock Holmes, podría hacerlo mejor. Dejé a "Shark", un cínico y despiadado fiscal, auténtico tiburón del derecho, que defendía los casos al más puro estilo americano, no le fallaba ni uno. Y, que me dices de Las Vegas, "El Montecito", un casino en el cuál, menos jugar se veía y se hacía de todo.
Pasé de "Arguiñano" cuando detallaba el ritual de apareamiento de los pájaros y sus chistes calenturientos. Tiré la toalla con "Escenas de matrimonio", no conozco una comedia tan irrespetuosa y desleal consigo misma; abandoné con "Aída", me parece la ordinariez personificada; me aburrí con "Yo soy Bea", por sus capítulos interminables; y, olvidé la tele con " Gran Hermano" en su última edición, me parecen una descabellada y desproporcionada tropa de desocupados.
Demasiadas dosis de realismo y todo en la misma semana. La televisión generalista, la que vivía de conectar con muchos y contentar a casi nadie. Desfallece.
Qué tiempos aquéllos, en los que encendías la tele en blanco y negro y nos enganchábamos rápidamente a lo que hubiera, esas series entretenidas como: "El Santo", "El Virginiano", "El Fugitivo", "Bonanza", "Colombo", "Embrujada", "El Conde de Montecristo", "La Saga de los Rius", "Los hombres de Harrelson" y, como colofón, ¿quién no ha llorado con "La Casa de la Pradera"?, una familia perfecta.
Más modernas y en color: "Dallas", "Falcon Crest", "Los Angeles de Charlie" y los capítulos emocionantes de Félix Rodriguez de la Fuente, ¿Quién no ha montado en bicicleta en vacaciones recordando "Verano Azul"?, ¿Quién no ha andado descalzo imitando a "Kung Fu"?, y ¿Quién no se ha escondido en el campo para imitar a Curro Jimenez?...
Claro que, aquéllo estaba pensado para entretener.

domingo, 6 de julio de 2008

DUDAS

Muchas personas tienden a creer que alguien que duda es un débil, un cobarde o, en último caso un torpe; pero si reflexionamos sobre ello, nos damos cuenta de que es exactamente al revés. Los torpes afirman, los inteligentes dudan, reflexionan y barajan distintas posibilidades y opciones.
Yo, por ejemplo, cada vez que alguien dice: "no me cabe la menor duda", me echo a temblar, porque después de esta afirmación, seguro que viene una demostración de egoísmo sin límites.
La mayor prueba de dudas, la tuvo la Madre Teresa de Calcuta. Después de haber vivido un estrechísimo vínculo personal con Cristo, comienza a no sentirse amada por Él. Esta sensación no la abandonaría hasta su muerte. Estas dudas la engrandecen, realzan su humanidad y son una muestra de perseverancia, pues decidió no abandonar su duro trabajo "con los más pobres entre los pobres", pese al vacío que la torturaba. Comenzó a sentir una soledad tan profunda que no la podía expresar. Sólo la fe ciega la sostiene.
En una ocasión tocó fondo, y era tal el sentimiento tan terrible que experimentaba de ausencia de Dios, que se siente abandonada por Él, y dijo: "Es peor no sentirse amada, que tener cáncer o tuberculosis, el mayor mal es la falta de amor, esta terrible indiferencia". Para ella, no sentirse amada significaba la muerte; cómo para el común de los mortales.
Estos momentos de crisis y debilidad los experimentamos todos durante nuestra vida, momentos de duda y ausencia. Esta, es la mayor prueba, de que dudar es de sabios y de santos.