miércoles, 30 de septiembre de 2009

EL CORAZON DE LOS JEFES

"Trata a un hombre tal como es y seguirá siendo lo que es. Trata a un hombre como puede llegar a ser y se convertirá en lo que puede llegar a ser", decía Goethe, que desgraciadamente no acaba de hacer mella entre un alto porcentaje de Jefes y Jefas de nuestro país. Los últimos sondeos apuntan a que está de moda el "mandamás" que quiere conseguir beneficios rápidos a costa del desgaste y la destrucción del empleado.
Según los últimos estudios el 36% de los trabajadores enviaría a su Jefe o Jefa a un terapeuta emocional, aunque considero que esta visita tendría que hacerse extensiva a todo hijo de vecino y, el resto, lo enviaría a "tomar ...", si pudiera.
Otras investigaciones apuntan que más de un 30 % cambia de trabajo para huir de su Jefe o Jefa y cerca de un 40% lo tacha de insoportable. Si a esto le sumamos que el estrés laboral está causando estragos gracias a llevar al máximo los símbolos de nuestros tiempos, la alta competitividad y la superproducción, los trabajadores (ellos y ellas), van cayendo como moscas, incrementando las cifras de las Bajas de la Seguridad Social. Eso sí, muchos de los "mandamases", ni saben ni se imaginan que detrás de las bajas conocidas por Incapacidad Temporal por Contingencias Comunes, se encuentran unas depresiones como catedrales.
Y, es que entre los muchos responsables que tienen problemas de autoestima (según dicen los especialistas), y la propia apatía que cerca del 40 % de la población manifiesta cada vez que ficha en la entrada del trabajo, no es de extrañar que no ostentemos un reconocido puesto en el ranking de productividad europea.
Está claro que nos urgen Jefes y Jefas en buen estado de salud mental. Expertos reconocidos en el ámbito de la medicina convencional y la alternativa a nivel internacional, sostienen que nuestro corazón tiene cerebro, porque está constituido por más de 40.000 células nerviosas unidas a una compleja red de neurotransmisores, de forma que las neuronas del corazón ejercen una función muy similar a la de nuestro cerebro. De esta forma entienden que el cerebro del corazón aprende, recuerda y tiene pautas de respuesta a la vida. Y, por lo tanto, el ingenio, la iniciativa y la intuición nacen de él.
Por eso, profesionales dedicados a la formación y reciclaje de directivos, deben saber, que para ser un buen Jefe es necesario tener un corazón inteligente. Sólo con un buen corazón es posible crear buenas empresas. Y es que, a las empresas sean estas públicas o privadas, les traería más cuenta apostar por un personal que sepa motivar, escuchar, transmitir optimismo, entusiasmo, energía, empatía y mejorar la confianza del equipo. Y si no, que se lo digan a los que cuentan en su haber con trabajadores que sufren mobbing. En los últimos seis meses son ya uno, de cada seis personas. Por sus hechos los conoceréis.

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