jueves, 22 de septiembre de 2011

PROSPECTOS PARA TODOS

El prospecto es un folleto que acompaña a ciertos productos, especialmente los farmacéuticos, en el que se explica su composición, utilidad, efectos secundarios, modo de empleo, etcétera...

Hace unos meses le diagnosticaron a mi marido una gastroenteritis, me dispuse a leer el prospecto de la medicación recetada para los vómitos y cuál fue mi sorpresa, que al leer los efectos secundarios de la misma, indicaba que podía producir náusea; igualmente hice con el prospecto de la medicación indicada para la colitis y uno de sus efectos secundarios era que podía producir diarrea. Sorprendida por estas indicaciones leí otro prospecto de una medicación indicada para los temblores y, me quedé atónita cuando leí que uno de los efectos secundarios era que, producía espasmos. Dispuesta a salir de dudas leí el de un antiflamatorio y en cuyos efectos secundarios decía que podía producir artritis. Yo, que siempre había admirado a los redactores de prospectos (por cierto, ya desaparecidos), estoy desilusionada completamente con los nuevos redactores, con esto me demuestran que lo que hay en su lugar es un sucedáneo.

Mi idea de los redactores de prospectos es muy distinta a la que acabo de comprobar, pensaba que eran personas instruidas y preparadas para desempeñar ese trabajo de redacción tan complejo y minucioso, que es tan importante para cualquier enfermo y que todos los hemos leído en cualquier momento de duda al tomar la medicación.

Siempre me ha parecido muy adecuado el mensaje aquel de: "Lea las instrucciones de este medicamento y consulte al farmaceútico" que aparece tras los anuncios en televisión de medicamentos. Sin embargo, creo que este loable consejo debía hacerse extensivo a otros muchos productos, por ejemplo, a los tecnológicos, que deberían decir lo siguiente: "Lea las instrucciones de su nuevo ordenador ó PC y consulte a su amigo, a su vecino, o a su primo el informático para ponerlo en marcha". O en los variadísimos modelos de móviles: "Si quiere disponer del último modelo en telefonía móvil, el más sofisticado, el más moderno, con más prestaciones, más ágil y más barato, consulte a su hijo, a su sobrino, o a los hijos de sus amigos, sin son adolescentes mejor y mayor información recibirás, cuánto más jóvenes de más bagaje dispondrán y más duchos estarán sobre el tema en cuestión ".

O, con los electrodomésticos, que cada vez son mas sofisticados y duran menos:" Si no entiende los mandos de su lavadora, consulte a todo el barrio; en la panadería, en la frutería, en la pescadería, en la carnicería, a las cajeras del supermercado, a cuantas más mejor, que alguien dará con la tecla". O en los productos de limpieza, complejos dónde los haya: "Lea las instrucciones de esta lejía y consulte a su amiga, a su vecina, a su compañera de trabajo, o a su madre antes de meter ropa de color en la lavadora. Con los detergentes pasa lo mismo, en las instrucciones debería decir:" Si quiere que en su colada la ropa salga bien lavada, lave cada día con un detergente distinto, debido a las variadísimas marcas, formatos, en polvo, en líquido, concentrados, en pastillas, con suavizante incorporado, sin él, etcétera... ". Con toda esta gama y abanico de posiblidades, hacer la colada diaria se convierte en un drama.

Y, para terminar este sin vivir diario, quizá no estaría de más poner el aviso también en los anuncios de alimentos: "Lea las instrucciones de estos callos con garbanzos y consulte a su pareja, por si tiene demasiados años, vaya ser que no le sienten bien... ".