Siempre que llega este día, yo me pregunto: ¿por qué un día para la mujer trabajadora y no un día para el ama de casa?, ¿por qué un día de la mujer trabajadora y no un día de la madre con varios hijos?.
En estos tiempos que corren, se le está dando muy poco valor, o ninguno, a la mujer que decide optar por quedarse en casa, para ocuparse del hogar y la familia. Y, habría que tener en cuenta, que la atención que presta la mujer a su familia, será siempre su mayor dignidad, cuidando de su marido, de sus hijos, de los abuelos si los hay y, creando un entorno suyo acogedor y formativo.
La mujer por su delicada ternura, su generosidad incansable, su capacidad de intuición, su piedad profunda y sencilla... es la mejor labor que puede desempeñar. No sólo es en sí misma una función social, sino que puede ser la función social de mayor proyección que desarrolle a lo largo de su vida.
Una madre de familia, que puede formar a sus hijos en profundidad en los aspectos más básicos y, que puede hacer de ellos a su vez otros formadores, de modo, que se cree una cadena ininterrumpida, de responsabilidad y virtudes que son tan necesarias para los hijos, es la mejor tarea que ha podido llevar a cabo.
Lo que no me parece justo es que haya que distinguir a la mujer que percibe un sueldo por el trabajo que realiza en una empresa, de la que trabaja cada día en su hogar para que todo funcione.
No hay comentarios:
Publicar un comentario