jueves, 19 de febrero de 2009

MARTA DEL CASTILLO

El caso Marta del Castillo nos tiene conmocionados a todos desde el mismo día que desapareció, el clamor popular, los medios de comunicación y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado nos han echo pensar una vez más que no estamos solos, que nos ampara la ley y estamos protegidos por la Justicia. Hasta aquí no podemos recriminar nada a nadie, al contrario, solo palabras de agradecimiento para todos. Pero el circo mediático que conscientemente están protagonizando los medios de comunicación con familiares de la víctima, como el tío de Marta sentado en los platós, el padre y el abuelo vía conexión y, con personas del entorno del asesino confeso, me dejan sin palabras.
Pero hay algo más grave, que una menor a cara descubierta novia del asesino de Marta según sus declaraciones, haga toda la ronda de televisiones con y sin su madre y, ante millones de espectadores declarar que su novio no la tocó, que no está embarazada y que nunca le puso la mano encima.
Vamos por partes, ¿qué novio?, ¿de quién estamos hablando?, es de una persona que conoció a la niña hace dos meses, que la madre lo acogió en su casa porque le daba pena, es huérfano de madre y del padre nada se sabe, que vivía con su hermanastro y el padre de la niña-novia no aparece por ningún lado. Si hablamos de esta misma persona, que Dios reparta suertes.
Esta niña de 14 años, es una menor, que no ha vivido para poder valorar, describir, comparar, ni para discernir el grandísimo problema en el que está inmersa; ¿Cómo tienen valor, en primer lugar la madre, y en segundo lugar los medios de comunicación, prensa, radio, televisión, etcétera... de exponerla a la presión mediática con declaraciones continuas y a presiones sociales con preguntas inquietantes a las que a veces no sabe que responder ni a qué atenerse?.
Supongo que la madre no es una persona que viaje dos veces a la semana al extranjero, lo más probable es que no haya salido de Camas en su vida, y el primer viaje que haga sea a la televisión.
La expectación que levantan los medios de comunicación, el pagarle viajes de ida y vuelta, el encontrarse en un plató rodeada de cámaras, presentadores, colaboradores y demás colorines de ese mundo, hace que se distorsione la realidad de lo acontecido, que no es ni más ni menos que un asesinato y, hasta que se encuentre el cadáver de Marta, existirá la incertidumbre y la especulación en la opinión pública, pero en el momento que esto ocurra, que Dios los coja confesados a todos.
Yo, desde aquí, hago un llamamiento a la Fiscalía de Menores para que abran diligencias y obren en consecuencia ante las vicisitudes y las maniobras acontecidas, que sólo favorecen a las televisiones, por su bien sabida lucha por las audiencias y, a consecuencia de ello, han perdido el pudor por unos cuantos euros más, a la semana; y, para que sirva de precedente, que Dios no lo quiera, para futuros casos.

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