lunes, 12 de abril de 2010

UNA SOCIEDAD ANESTESIADA

Faltan medidas para eliminar la corrupción, viendo lo que está ocurriendo en Italia con el asentamiento de Silvio Berlusconi y el aumento de la extrema derecha, incluso después de que se haya puesto el Estado de Derecho por montera, podemos imaginar lo que nos espera a los españoles si miramos hacia otro lado y no se toman medidas contundentes contra los corrupción.
Medidas que no deberían ser solamente políticas, sino también medidas judiciales que obligasen a los condenados a devolver todo lo que se han llevado, euro a euro, no sea que después de varios años a la sombra, se marchen de rositas a una isla del Caribe, mientras muchos de los sufridos contribuyentes se las ve y se las desea para llegar a fin de mes.
Creo, y cree mucha gente que los primeros en reaccionar ante estas corruptelas, deben ser los dirigentes de los partidos políticos, afectados o no afectados, ya que estamos ante un fenómeno cada vez más extendido, debido sin duda a que la sociedad española al igual que la italiana da signos de agotamiento, o lo que es peor, de indiferencia ante lo que ocurre a su alrededor y sobre todo ante lo que ven y hacen sus representantes políticos, e incluso ante una corrupción que afecta a los pilares de la democracia.
Pero aún siendo esto tan peligroso para la sociedad democrática en la que vivimos, lo más grave es que ningún dirigente político sea capaz de detectar la corrupción que existe entre sus propias filas.
Lo que me lleva a preguntarme, ¿qué se puede esperar de unos políticos que viendo el súbito enriquecimiento de uno de los suyos, no llevan a cabo una exhaustiva investigación para saber de dónde le viene tanto dinero de golpe, tanto lujo, y tantos billetes de 500 euros?.
En muchas ciudades de nuestro país, los políticos corruptos han campado a sus anchas. Todos lo sabían, pero nadie dijo nada, nadie fue capaz de presentarse en el juzgado a denunciarlos. Lo que no han tenido en cuenta es, que el problema de uno de ellos pone en peligro a todos los demás.
Visto lo visto, se diría que algunos han convivido cómodamente con quiénes no han tenido escrúpulos en utilizar el dinero público en beneficio propio y demuestra la impunidad con la que se movían y la complicidad que estos corruptos encontraban allí dónde iban, la indiferencia de quiénes sabiéndolo no lo pusieron en conocimiento de la policía y de la justicia.
Esto ha contribuido a la mala imagen que se ha proyectado en el extranjero de nuestro país, en concreto de dos lugares tan emblemáticos para el turismo internacional como son: Marbella y Palma de Mallorca, donde tantos extranjeros acuden cada año a pasar sus vacaciones, donde la familia Real tiene una residencia, donde personajes del mundo de la farándula o de las finanzas se asentaban para pasar sus vacaciones, no solo por su clima y por su calidad de vida, también porque la imagen que proyectaban estas ciudades era la contraria de la que hoy reflejan todos los medios de comunicación del mundo.
Muchos años tardarán esos lugares dónde la corrupción ha hecho mella en recuperar el prestigio perdido, pero no menos, de lo que tardarán los políticos en reaccionar ante estas prácticas consistentes en la utilización de las funciones y medios en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores...

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