sábado, 26 de abril de 2008

DECISIONES EN EPOCA DE CRISIS

En momentos realmente difíciles, muchos experimentamos una mezcla extraña de confusión, urgencia, precipitación, ideas negativas y catastrofistas..., todo unido a la sensación de que, sin más dilación, debemos tomar una serie de decisiones drásticas debido al grado de ansiedad que nos embarga.
En estas situaciones muchas personas deciden separarse o terminar una relación afectiva; otros piensan en dejar los estudios, cambiar de trabajo, de casa, de ciudad, como si nada pudiera seguir en su sitio. De repente nos sentimos más negativos que de costumbre, abrimos un montón de frentes y al final terminamos siendo insoportables, derrotados y, me pregunto, ¿Qué nos ocurre para que de repente todo parezca desmoronarse?.
Sencillamente pienso que en esas circunstancias prevalece nuestra parte irracional sobre la racional y hacemos lo contrario de lo que deberíamos hacer.
Es muy difícil que coincida lo que piensas, lo que sientes, lo que dices, con lo que haces; sólo en desastres importantes hay esta coherencia en el pensar, sentir, hablar y en el hacer.
Lo mejor sería que en momentos difíciles procurar no tomar decisiones importantes y, reunir toda la energía necesaria para intentar animarnos y no machacarnos ni machacar a los demás sin piedad.

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